La parlamentaria, quien es médico de profesión, definió este momento como “trascendental” para que las mujeres recuperen un derecho arrebatado por la dictadura militar.

Una predisposición positiva manifestó la diputada Marcela Hernando (PRSD) para aprobar el proyecto del ejecutivo que despenaliza la interrupción del embarazo bajo las causales de riesgo vital de la madre, inviabilidad fetal o violación, iniciativa que según un estudio de opinión pública de Plaza Pública Cadem, tiene un apoyo ciudadano de un 71%.

Derecho

La representante del Cuarto Distrito, quien es integrante de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, puso énfasis en que Chile vive un momento clave, “para que nuestra sociedad pueda recuperar un derecho que hasta antes de la dictadura militar era una realidad para las mujeres del país. Vale la pena que consideremos que se trata de una discusión nacional, en la que se debe privilegiar la evidencia médica y el entendimiento entre las partes por sobre la imposición de doctrinas”.

Riesgo de vida

“Un ejemplo claro de cómo nuestra ley se hizo insuficiente frente a la realidad es en el caso de los embarazos ectópicos, que corresponde a cuando el óvulo fecundado no logra llegar al útero y comienza a desarrollarse en la trompa de Falopio, y esto obviamente esta trompa no está preparada para el crecimiento del feto y puede significar riesgo de muerte para la mamá. En este y otros casos los médicos deben intervenir para salvarle la vida a esta mamá, que muchas veces tiene otros hijos”, señaló la doctora sobre la causal de riesgo de la madre definida en el proyecto.

Inviabilidad

Hernando se refirió además a la despenalización del aborto cuando el feto no tenga posibilidad de sobrevivencia, “lo que puede significar un calvario para una mujer que sabe que en su vientre no tiene esperanza de vida y que debe esperar hasta que haya un aborto espontáneo o debe soportar ver morir a su hijo luego del parto. Esto sólo significa prolongar su dolor y en muchos casos forzar a la madre a una situación traumática en lo emocional y en lo psicológico”, advirtió.

Violación y edad gestacional

“Como sociedad no es posible que le impongamos a una mujer llevar a término un embarazo producto de una de las peores experiencias que puede sufrir un ser humano, en ocasiones niñas de hasta trece años que se ven forzadas a dejar de lado su vida normal y hacerse cargo de una responsabilidad que no pueden cumplir por su limitada madurez física y emocional”, argumentó la congresista, recordando que uno de los aspectos a discutir es la edad gestacional a la que estará permitida esta interrupción del embarazo, considerando las divergencias en las opiniones profesionales sobre el inicio de la vida.

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